Feliz Domingo (It´s my Birthday *yeii*)
Para celebrar este día también con ustedes, deseos compartirles un articulo de
Laura Agudelo, realizado para su columna
Letra Suelta, que me parece muy acertado y que invita principalmente a las mujeres a reflexionar. Pero considero que cualquiera puede sentirse identificado y que el objetivo del articulo es a que nos aceptemos y queramos como somos.
Espero les guste.
Besos
¿QUÉ ES LO QUE VEN EN EL ESPEJO?
《A lo largo de estos años he recibido muchos correos y he hablado con muchas mujeres, y hay una pregunta que me hacen reiteradamente: ¿en qué momento empecé a aceptarme como soy, es decir, gorda?
Al comienzo me sorprendía la pregunta y me cuestionaba sobre cuál sería la respuesta correcta para dar, porque resulta que yo nunca me "autorrechacé" ni peleé con mi cuerpo. No hasta ahora. Por supuesto, a medida a que me encontraba con más mujeres que me hacían dichosa pregunta, más me cuestionaba y trataba de buscar ese momento en mi memoria o en mi corazón. Hasta que descubrí que no debía buscar más, porque no lo iba a encontrar por una sencilla razón: no lo hubo.
Muchas de estas mujeres con quienes he hablado me confiesan que no les gusta lo que ven en el espejo, porque lo que ven es a una mujer gorda. "Por lo tanto —piensan ellas—, esa es una mujer fea". Y esto me puso a pensar. ¿Qué era lo que yo veía de mí cuando me paraba (me paro) frente a un espejo? Y la respuesta fue: "Veo una mujer". Solo eso.
Veo a una mujer que a veces está feliz, otras preocupada; unas veces desea conquistar el mundo, otras ni siquiera quiere bañarse ni pararse de la cama, solo sentarse a leer o ver una película. Una mujer a quien le gusta jugar roles con la ropa que usa y entonces, a veces, elige ser una ejecutiva formal; otras, quiere sacar a la mujer sexy, a la roquera, a la bruja. O solo busca divertirse y llamar la atención con las prendas que acaba de comprar, que le traen buena suerte o las que, sencillamente, ama ponerse.
Pero pensé más y hasta concluí que tal vez yo sufría de "antianorexia", pues contrario a lo que les pasa a quienes padecen estos desórdenes alimenticios, cuando estoy ante el espejo no veo a una mujer más gorda de lo que realmente soy. Aunque, claro, tampoco es que vea una mujer flaca, solo a una mujer con distintos estados de ánimo o ganas de asumir el nuevo día. Solo eso.
Nunca me paro frente al espejo para martirizarme por no tener el "cuerpo ideal" o al menos el estándar que nos imponen los medios de comunicación, o para recalcar los defectos, o para detectar una y otra vez esos puntos que una cirugía estética debería corregir. No, no lo hago.
Y también me pregunto qué es lo que ven todas esas mujeres famosas, con cara bonitas y cuerpos de reinado de belleza, cuando estás ante el espejo para tomar las desacertadas decisiones que terminan desfigurando sus rostros con narices que no parecen narices, con mentones agrandados, labios deformados o cejas inmóviles. Y ni hablar de senos y colas, cirugías que —con todo respeto, señores cirujanos— nunca salen bien. Porque nada se nota más que un trasero operado.
Hace unos días escuché a una experta hablar sobre el tema "por qué pensar que eres feo es dañino", y tiene razón: es dañino mirarse al espejo solo para ver que "esa imperfección" sigue ahí. Mirarnos al espejo debería ser para tener una impresión de cómo nos verán los otros, si el maquillaje nos quedó bien, si la ropa combina o coordina, si el peinado está chévere o si proyectamos lo que buscamos al elegir esa pinta. Pero no para ver, una y otra y otra vez, esa "imperfección" mental que tenemos y que no nos deja ver a la mujer que está al frente. Solo eso.》